Las obras de la serie No Man’s Land muestran a Jongeleen corriendo en círculos interminables por los paisajes del norte de Europa. Subiendo y bajando por los cráteres grabados en el paisaje por los proyectiles, esquivando restos de explosivos, corriendo por encima de antiguas fortificaciones y junto a monumentos conmemorativos de la Primera Guerra Mundial, la actuación de Jongeleen se sumerge en la historia de la tierra, la misma tierra que fue escenario de acontecimientos como la Batalla del Somme, una de las batallas más mortíferas registradas en la historia de la humanidad.

Las  horas y horas que Jongeleen pasa corriendo en círculos están registradas por un dron. El resultado son grabaciones mudas de la solitaria e íntima actuación. La actuación de un artista que se ve atrapado en una rueda de hámster creada por él mismo, y que plantea la siguiente pregunta: ¿son las guerras de desgaste también ruedas de hámster que nosotros mismos creamos? Luchamos por nuestros ideales utópicos, pero parecemos atrapados en las consecuencias distópicas de nuestros propios actos.