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Esther Ferrer. ‘Extrañeza, desprecio, dolor y un largo etc.’

9 — 21 noviembre 2021

Esther Ferrer. ‘Extrañeza, desprecio, dolor y un largo etc.’
Artistas
Esther Ferrer
Sede
Museu Can Framis-Fundació Vila Casas
Fechas y horarios
9 — 21 noviembre 2021 Añadir al calendario

Esta película en color de 2013 bien podría haber sido un registro clásico de performance en blanco y negro de los años setenta. Es mudo, es «pobre» y explora las posibilidades del cuerpo del artista como herramienta para transgredir paradigmas culturales en y por sí mismo. Cuando digo que el vídeo es «pobre» no me malinterpreten, la artista nunca quiso otra cosa que hacer arte pobre, utilizando sólo su propio cuerpo sin adornos, unos pocos accesorios y, cuando la ocasión lo permite, una instalación como marco. De hecho, la única utilería que tiene aquí es una de sus más preciadas: una silla que, a pesar de ser invisible, no debe darse por aludida. Esta utilería antropomórfica es tan recurrente en la obra de Ferrer como en la de Bruce Nauman. Estos dos artistas comparten intereses comunes en la repetición, en el sinsentido (que la repetición provoca), en los gestos que son profundamente banales y, al mismo tiempo, revelan la penuria existencial de la interacción social. El interés de Esther Ferrer por el tiempo y la repetición ha sido una de las constantes de su trayectoria desde los años sesenta, cuando entró a formar parte del colectivo artístico transgresor conocido como ZAJ junto a Juan Hidalgo, Ramón Barce y Walter Marchetti.

Esther Ferrer es una artista de los setenta y, en cierto modo, ésta es también una obra de arte de los setenta. Al ver por primera vez Extrañeza, desprecio, dolor y un largo etcétera uno lo encuentra cómico; las expresiones faciales reverberan con el cine mudo. Los gestos, que como sabemos alejan cada vez más el rostro humano de una representación idealizada, son exagerados y bufonescos pero, poco a poco, nos damos cuenta de que son reales como la vida misma. Se trata de un repertorio de gestos al que recurrimos en bodas, funerales, grandes inauguraciones y un largo etcétera de eventos. Al principio los gestos se definen como pertenecientes a un sentimiento concreto, pero pronto empiezan a derivar hacia una nebulosa ambigüedad en la que el simulacro se vacía de significado. En los repertorios de gestos del Renacimiento los «otros» (los ancianos, los étnicos) eran siempre los desfigurados por las expresiones faciales radicales; la alteridad era la plataforma perfecta para reconocer la extremidad de la existencia. Al realizar esta repetición payasa de gestos sociales extremos, Ferrer asume este papel, poniéndonos cara a cara (literalmente) con los mecanismos extremos de la comunicación. Al fin y al cabo, se trata de un artista que durante medio siglo ha trabajado con el tiempo, el espacio y la presencia, y para el que nada más (nada menos) servirá.

Texto de Claudia Rodríguez-Ponga Linares

Esther Ferrer

1937, San Sebastian

Esther Ferrer

Esther Ferrer es una de las principales artistas europeas desde los años 70. Conocida como defensora de la libertad de expresión, la confrontación y el feminismo, Ferrer ha expuesto y realizado acciones en numerosas instituciones, entre las que se encuentran el Museo Nacional Centro de arte Reina Sofía, de Madrid; el MACBA, de Barcelona; el Artium, de Vitoria; el CGAC, de Santiago de Compostela; el Centre George Pompidou, de París; el Musee for Samtidskunst, de Dinamarca; la Statsalerie, de Stuttgart; el MUAC, de México; el Museu Nacional de Belas Artes, de Río de Janeiro; o el Raven Row, de Londres. En 1999 Ferrer representó a España en la Bienal de Venecia con sus obras El libro de las cabezas – Autorretrato en el tiempo, y las instalaciones En el Marco del Arte, y Las Tres Gracias, entre otras. Fue galardonada con el Premio Nacional de Artes Plásticas de España en 2008 y con el Premio Velázquez de Artes Plásticas en 2014.

Última actualización 14 de octubre de 2021