Por un lado, el recorrido video-gráfico Reclamando el eco, con obras de artistas nacionales e internacionales que reivindican y celebran el carácter comunicativo de la experiencia musical.
Obras presentadas:
Reclamando el eco
Cecilia Bengolea (Buenos Aires, 1979)
Dancehall Weather, 2017
10 min 28 sec
Fito Conesa (Cartagena, 1980)
El Reparo, 2021
5 min
Carles Congost (Olot, Girona, 1970)
Wonders, 2016,
15 min
Marco Godoy (Madrid, 1986)
Reclamar el eco, 2015
5min 25 sec
Adrian Melis (La Habana, 1985)
Glorias de un futuro olvidado, 2016
15min
Teresa Serrano (Ciudad de México, 1936)
Amapola, 2017
2 min 15 sec
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A lo largo de los siglos se ha debatido mucho sobre el significado de la música y de la composición como formas lingüísticas. Aunque resultaría complicado afirmar la universalidad del lenguaje musical sin caer en generalizaciones apresuradas, se puede decir que la música también es una herramienta de comunicación, con sus códigos específicos de expresión y representación, una entonación y un vocabulario propios.
Como en el caso de la variedad lingüística (‘dialectos’) para distinguir los hablantes de un mismo idioma, en ámbito musical también se puede diferenciar entre géneros o estilos diversos. Según la clasificación académica, los factores a tener en cuenta en este caso serían la ‘instrumentación’, el ‘diseño’ y la ‘intención’ de una composición, así como sus ‘particularidades culturales’ y el ‘entorno histórico y geográfico’ de su producción.
De acuerdo con esto, se pueden identificar géneros que utilizan instrumentos musicales clásicos o acústicos, y otros que están producidos de forma virtual, con matices electrónicos y sintetizadores; hay géneros que son una mezcla de músicas distintas, y otros que reivindican su purismo. Algunos siguen una partitura exacta y otros se basan en la improvisación. Existen composiciones pensadas para acompañar el canto o el baile, así como para causar momentos de recogimiento y reflexión. Existe la música tradicional o popular, así como la evangélica o religiosa. Existen ritmos fruto de movimientos juveniles de oposición al sistema, así como letanías repetidas a un santo o melodías de reivindicación obrera.
Como quiere mostrar esta selección de vídeo, podríamos decir que la música es un fenómeno híbrido, diverso, plural, heterogéneo, pero presente en la cotidianidad o en la memoria de cada uno. Una herramienta de comunicación con un fuerte carácter político, social, litúrgico, visionario o de entretenimiento.
Así, en El Reparo (2021) del artista Fito Conesa (Cartagena, 1980), escuchamos un canto dirigido a su tierra de origen y a la zona minera de La Unión; y en Reclamar el eco (2012) de Marco Godoy (Madrid, 1986) los lemas pronunciados en las manifestaciones de protesta en España. Amapola (2017) de Teresa Serrano (Ciudad de México, 1936) propone una triste melodía que celebra la resistencia simbólica de la flor ante secuestro por la red de narcotráfico en México, mientras que Glorias de un futuro olvidado (2016) de Adrian Melis (La Habana, 1985) presenta un grupo de mujeres que recuerdan su pasado en la época de la Cuba Capitalista a través de unas canciones. Por otro lado, Wonders (2016) de Carles Congost (Olot, Girona, 1970) utiliza recursos cercanos al biopic musical y a la performance para reflexionar sobre las repercusiones sociales y personales del éxito y el fracaso; y Dancehall Weather (2017) de Cecilia Bengolea (Buenos Aires, 1979) propone una mezcla de varios videos coreográficos filmados entre 2014 y hoy, dónde la música de dancehall constituye un importante momento de afirmación y agregación.
Podríamos reafirmar, entonces, que el significado (o interpretación) que se atribuye a la música tiene que ver, esencialmente, con el horizonte cultural desde el cual se produce o se escucha, pero que su existencia se constata de un lado a otro del planeta, como una resonancia, una repercusión, o un reflejo continuo. Un eco infinito más allá de tiempo y espacio.
Cecilia Bengolea es artista multidisciplinar que trabaja con el video, la performance y la escultura, cuya práctica se centra en la investigación antropológica de formas de danza comunitaria contemporáneas y arcaicas. Si interés gira alrededor de nuestra relación con la naturaleza, los elementos, las creencias animistas y la figuración coreográfica. Utiliza la colaboración para construir un cuerpo más amplio de trabajo mientras percibe la danza y la performance como una escultura animada que le permite convertirse tanto en sujeto como en objeto dentro de su propio trabajo.
Artista interdisciplinar, Carles Congost se licenció en Bellas Artes por la Universidad de Barcelona en 1994. La obra de Carles Congost combina diferentes medios y soportes como el vídeo, la música, el dibujo y la fotografía. En su obra hay constantes referencias al mundo del cómic, la música de consumo, el cine fantástico y la cultura televisiva. El carácter decididamente low-tech de sus primeras obras fue desapareciendo paulatinamente para dar paso a producciones que destacan por su complejidad técnica cada vez mayor. Ha expuesto en algunos de los centros y galerías de arte más importantes tanto a nivel nacional como internacional, como el MoMA, el Palais de Tokyo, la Fundación Miró, el MNAC Reina Sofía y la Hamburger Bahnhof de Berlín.
Marco Godoy (Madrid 1986) vive y trabaja entre Madrid y Londres. Licenciado en Bellas Artes por la Universidad Complutense de Madrid, ha ampliado sus estudios en el School of the Art Institute of Chicago (SAIC) y es Máster en Fotografía en el Royal College of Art, Londres. En 2012 fue seleccionado en la convocatoria Injuve con su consencuente exposición en Tabacalera Madrid. El año siguiente su obra se incluyó en diversas muestras como Matadero Madrid, Dallas Museum of Contemporary Art, Stedelijk Museum s-Hertogenbosch, Städtische Galerie Bremen, Siart Bolivia Biennal 2013. Desde entonces ha participado en bienales, Liverpool Biennial 2014 y prestigiosas instituciones como Institute of Contemporary Arts (ICA), Londres, Palais de Tokyo, Paris, Whitechapel, Londres, todas ellas en 2015, Centre Pompidou, Paris, Haus der Kulturen der Welt, Berlin en 2016. En el 2018 presentó una exposición individual en la Sala de Arte Joven gracias al premio Primera Fase: Programa de Producción Artística Comunidad de Madrid-DKV, además de participar en «Generaciones» en La Casa Encendida.
Hacia finales de los setenta, Serrano comenzó su aprendizaje artístico en el Taller de Arte de Dolores de la Barra, y con los maestros Javier Arévalo, Robin Bond y José Feher. Desde entonces, su actividad artística ha sido incesante y abarca distintas disciplinas como la pintura, arte-objeto, escultura, el vídeo y la instalación.
El trabajo de Serrano está cargado de un gran sentido político que se desprende de lo personal, desde donde reflexiona sobre el machismo y la violencia de género. La artista ejecuta metáforas en torno al cuerpo, lo doméstico, lo femenino y sus distintas opresiones, con una diversidad de materiales que van desde acero, cerámica, telas, etc.
Serrano ha realizado numerosas exposiciones individuales en museos y galerías como el Museo Amparo, Puebla; Museo Marco de Monterrey, México; Sala de Arte Público Siqueiros, Ciudad de México; Laboratorio Arte Alameda, Ciudad de México; Michael Kohler Arts Center Sheboygan, Wisconsin; y Museo de Arte Moderno de Buenos Aires. En colectivo cabe destacar las muestras en Museo del Barrio, New York City; Centro Pompidou, París; Seoul Museum of Art, Seoul; y Museo Reina Sofía, Madrid.
Adrian Melis, con base entre Cuba y Europa, es ex residente de la Rijksakademie van Beldeende Kunsten de Amsterdam (2014/2015). En 2010 se graduó en la Universidad de Arte (ISA) de La Habana, Cuba y entre 2006/2008 participó en la Cátedra de Arte Conductual dirigida por Tania Bruguera.
Desde 2010 su trabajo ha sido representado por ADN Galeria en Barcelona donde ha realizado cuatro exposiciones individuales: Memoria selectiva (2018), Línea de producción excedente (2015), Tiempo para relajarse (2013) y Nuevas estructuras de producción (2012). Las dos primeras exposiciones que tuvieron lugar en 2012 y 2013 recibieron el Premio Art Nou de la Asociación de Galerías de Barcelona y el Premio GAC a la Mejor Exposición en una Galería Privada de Barcelona, respectivamente.
Algunas exposiciones individuales destacadas incluyen: El silencio absoluto no existe, 2017, Fundación Cerezales Antonino y Cinia (Cerezales, España), El valor de la ausencia, 2013, Kunsthalle Basel (Suiza); STOCK, 2014, Museo de Arte Moderno, MAS (Santander, España), Nuevas Estructuras de Producción, 2013, Adn Galeria (Barcelona, España).
Última actualización: 28 de octubre de 2020.
Fito Conesa se formó en Bellas Artes en la Universidad de Barcelona, ciudad en la que vive y trabaja. Con una obra poliédrica que abarca la instalación, el vídeo y la exploración sonora, algunas de sus obras se plantean como una exposición del propio artista y de su contexto geográfico de origen; otras incorporan distintos elementos de la historia cultural y del mundo contemporáneo; y otras diseccionan lo cotidiano.
Desde 2008, ha expuesto en espacios como el Aparador del Museu Abelló de Mollet del Vallès (2008), CaixaForum de Tarragona (2009), Centro Cultural Español de Santo Domingo, República Dominicana (2014), La Naval de Cartagena (2015) y Espai 13 de la Fundació Joan Miró de Barcelona (2018). Su obra se encuentra en colecciones como la de la Fundació Banc Sabadell, la Universidad de Granada, el Ayuntamiento de Valls y el MACBA de Barcelona.