Ambientado en el vasto paisaje de un vertedero a 60 kilómetros de Diyarbakir, este film explora la intersección entre la cultura de consumo, la crisis ambiental y la resistencia creativa. Centrado en 4 a 6 mujeres, incluida una cantante tradicional kurda dengbêj, el proyecto transforma materiales desechados en instrumentos improvisados, combinando ritmo, performance y canto. A través de estos actos, las mujeres dan nueva voz a objetos considerados inútiles, reclamando el residuo como un lugar de renovación y expresión. El film cuestiona la noción de residuo como un final, revelando su potencial para portar memoria, significado y advertencias ecológicas. En su núcleo, el proyecto amplifica las historias silenciosas enterradas en el vertedero, ofreciendo una respuesta poética a la violencia del sobreconsumo y a la resiliencia tanto de la naturaleza como de la cultura.