En la tormenta de arena, una figura inmóvil se mantiene de pie, mirando a lo lejos con ojos congelados. La figura intenta descifrar puntos de alineación, definir el horizonte, entender dónde termina la tierra y dónde empieza el cielo, luchando contra el polvo que nubla la visión mientras la interminable danza de diminutas partículas se funde en gris. Clarividencia, el personaje, resuena con todos nosotros que buscamos la verdad en un mundo lleno de confusión y emociones. ¿Pueden aún florecer los sueños y deseos en esta tormenta, cuando la vida se convierte en mera supervivencia? El final de la película ofrece algunas respuestas, cuando sentimos el resplandor de los fuegos coloridos de los volcanes rojos, que insinúan la insaciabilidad de nuestras pasiones. La música de Mihály Víg se fusiona con el ritmo arremolinado de la película, abriendo nuevos caminos ante nuestro deambular a través del polvo, señalando una salida.
Éva Magyarósi es una artista visual y de animación. Cada una de sus obras animadas, incluyendo Pasztorlany (“La Pastora”), es un viaje interior en el límite entre el sueño y la fantasía. Se trata de un sueño y una fantasía particularmente realistas, donde todo gira en torno a nosotros: nuestros afectos, nuestros pensamientos más profundos, en una conversación íntima con nosotros mismos. Magyarósi se ha especializado en la caricatura en dos dimensiones (la técnica de Béla Ternovszky, director de la inolvidable Macskafogo, 1986), pero de una manera muy depurada, sin adornos innecesarios, pero con la sutileza justa para enriquecer la narrativa. La atmósfera que favorece en sus dibujos animados es una de narración suspendida y misterio, una atmósfera curiosamente familiar: queda claro de inmediato que la atmósfera, reforzada por un ligero pero profundo acompañamiento musical y el uso de la voz en off, nos sumerge en el mundo de nuestros desórdenes secretos. Magyarósi se graduó en la Universidad de Arte y Diseño Moholy-Nagy, en Estudios Teóricos, Departamento de Animación en 2005.