La obra de Claudia Martínez Garay analiza los viajes que los objetos recorren entre su punto de origen y de destino, y sugiere que la información acumulada durante estos trayectos tiene valor y poder. Cuando Claudia Martínez Garay descubrió un jarrón de cerámica al Museo Etnológico de Berlín que mostraba un prisionero Moche momentos antes de ser sacrificado, empezó a especular sobre como el arte podía servir para denunciar la apropiación cultural y para crear narrativas que posaran en entredicho (e hicieran más complicado) el discurso de la dominación y la hegemonía culturales.

En la sociedad y cultura moche (Perú), la muerte y los rituales de sacrificio tenían gran importancia. En la obra Ñuqa Kausakusaq Qhepaykitapas/I Will Outlive You se explora el arquetipo del prisionero y sus transmutaciones. El video es un tipo de narración personal compartida que combina realidad y ficción, conceptos que se cruzan y se desdibujan. La cronología del video pasa del estado mental del prisionero antes de su muerte, a imágenes de su infancia, pasando por el momento de su transfiguración en un ser digital, hasta darse cuenta que ha sido reducido a una obra de arte.

Martínez Garay investiga las culturas precolombinas de la América del Sur y se interesa por como las tradiciones ceremoniales incas representaban e interpretaban el lenguaje visual. Persistente y agridulce, la obra de Martínez Garay considera la modernidad como componente inseparable del colonialismo.