Os humores artificiais fue rodado en São Paulo y en la región brasileña de Mato Grosso, concretamente en el municipio de Canarana y en los poblados indígenas de Yawalapiti y Kamayura, situados dentro del Parque Indígena Xingu. La película explica el viaje de una niña indígena que se enamora de un robot que posteriormente se convertirá en un famoso humorista de la industria cultural brasileña. El film ilustra el concepto de humor de los diferentes grupos indígenas y lo confronta con el progreso y la inteligencia artificial.

Las obras de Gabriel Abrantes alteran las narrativas tradicionales, tocan el absurdo, el folclore, el humor y la política y crean, así, lecturas improbables. En ellas, la estética cinematográfica de Hollywood se mezcla con técnicas documentales, y las tendencias de vanguardia, con tecnología pasada de moda. A menudo divertido, desconcertando y provocativo, Abrantes trata temas delicados y  hace lecturas ambiguas que manipulan y pervierten las expectativas tradicionales del espectador.

En sus películas y vídeos, el autor explora el lenguaje cinematográfico desde varias vertientes: escribe, dirige, produce y, ocasionalmente, actúa. Sus películas abordan temas históricos, sociales y políticos ¬¬que el autor ha investigado con profundidad, como por ejemplo lo postcolonialismo, el género o la identidad. La obra de Abrantes coquetea con el absurdo, el folclore, el humor y la política. Basándose en la apropiación de los géneros de Hollywood ―como el melodrama, las comedias románticas, las películas de guerra, la aventura, etc.― el autor se pierde a menudo en un archivo lleno de ansiedades contemporáneas, referencias simbólicas y cultura pop. Abrantes desafía, en definitiva, la forma en que las narrativas visuales han conseguido formar una visión histórica común y pretende borrar las fronteras de este repertorio conceptual.