Para su nueva obra, Walking and Talking, Hamza Halloubi quiso rodar una película dentro de un museo europeo de arte contemporáneo. La película resultante está estructurada como si fuera una carta que un visitante no occidental escribe a una amiga y, en ella, describe las reflexiones que va teniendo sobre el museo y sobre la relación de esta institución con el contexto histórico y cultural. En esta obra, Halloubi se centra en la relación cultural y de identidad entre el visitante y el museo. La obra busca cuestionar el estatus y la identidad del arte moderno occidental desde el punto de vista de un visitante no occidental.

En sus obras videográficas, Halloubi reduce la imagen a la forma más elemental y parte de la idea de que la realidad es siempre una construcción. En sus películas, de un poder evocador excepcional, el artista utiliza el lenguaje hablado para crear otra imagen más. Walking and Talking fue rodada con una cámara de mano. El film presenta temas políticos actuales de una manera poética, casi sutil, y utiliza la voz del lector para guiar al espectador. Halloubi crea su obra a partir de la desconexión: no se considera del todo marroquí, pero tampoco europeo. Esto le da la libertad de poder observar el mundo desde una perspectiva diferente.

Hamza Halloubi desarrolla narrativas que se despliegan en un ámbito que se balancea entre documental y ficción. Se acerca a la Historia de una manera poética que implica temas recurrentes como lectura, recuerdo y exilio. Estas narrativas, situadas en algún lugar entre lo personal y lo colectivo, corren en paralelo a la versión oficial de la historia pe cuestionarla al mismo tiempo.