Ariadna nunca fue nuestra diosa propone deshilvanar las estructuras sociales y políticas dominantes de nuestras sociedades, para volver a coser nuevas tejeduras de afectos que nos permitan desarticular las condiciones de alteridad y proponer un espacio de relación horizontal. Con una clara vocación de cuestionamiento, el proyecto pone en entredicho el imaginario de la feminidad que la historia occidental ha proyectado, no solo desde la plástica y lo literario, sino también desde sus construcciones sociales y políticas, o la condición de raza y clase.
A través de una relectura de la obra de la artista Maria Alcaide Guǎnlǐ de shǒu.The Managed Hand, Ariadna se desvanece y se confunde en los salones de manicura americanos dónde aquellas que cuidan, quieren ser cuidadas a su vez. El resultado es una repetición de las relaciones de poder en la que los cuerpos sometidos simulan la ostentación del privilegio dominante. En estos espacios, las conversaciones, los anhelos y los sueños, se confunden entre el sonido de las limas y las luces lilas de las lámparas; donde se invierten las categorías de poder, y operan de nuevo las violencias.
La obra de Maria Alcaide coge prestado el título del libro homónimo de la socióloga Miliann Kang (2008) The Managed Hand, en el que trabajó, desde una mirada antropológica, las condiciones sociales y económicas de la juventud americana fuertemente precarizada. Partiendo de su experiencia personal, en la que Alcaide también trabajó de cara al público ofreciendo su fuerza-cuerpo al servicio de los otros, y situándola en una escala inferior de derechos, la llevó a iniciar una profunda investigación en torno a la performatividad del trabajo asociado a los servicios corporales, dejando visible la violencia que el sistema ejerce sobre los sujetos femeninos, racializados y de clase media y baja. Maria Alcaide, se adentra en ese ecosistema de performatividad del servicio desde un espacio concreto y situado como son los salones de manicura, donde esas fuerzas de poder se dan entre los mismos cuerpos oprimidos, buscando el simulacro del privilegio de la clase. En una alegoría que invierte la mitología de Ariadna, quien debe salir del laberinto no es Teseo, sino aquellas que ponen sus cuerpos al servicio de quienes pueden pagarlos.
La conversación girará en torno a la representación de la experiencia queer migrante a través del cine documental, cuales son las potencialidades y los limitaciones de (re)presentar este tipo de historias a través del cine, y cual es el espacio del realizador en relación con los protagonistas.
El cine documental no es ajeno a la revolución científica y tecnológica actual. Tampoco a las reflexiones críticas que advierten sobre los peligros que estos avances pueden conllevar. Desde tres perspectivas distintas, los participantes de esta conversación abordarán estos desafíos.
Este documental es una exploración de la experiencia de la migración a partir de los retratos de dos migrantes queer en diferentes etapas de este proceso en la ciudad de Bruselas. Utilizando como método la creación colectiva a través de la cual los migrantes eligen cómo contar sus historias, este documental indaga en los diferentes pasos del proceso migratorio, así como las maneras en que los migrantes queer ocupan el espacio urbano en que se encuentran. Al narrar, compartir y visibilizar sus orígenes, identidades e historias, se hacen ver y crean su propio sentido de pertenencia a partir de sus experiencias únicas.
El 13 de diciembre a las 19h en Casa Elizalde tendrá lugar la Cine documental, migración y subjetividades queer conversación con Camila Flores-Fernández y Victoria Sacco en la sala de exposición.
Proyecto cofinanciado con fondos del programa Creative Europe y A-PLACE. Linking Places Through Networked Artistic Practices.

Mientras la máquina crece, y acapara todos los titulares, el bosque aguarda y avisa en silencio. Este proyecto documental se plantea como un diálogo entre naturaleza y tecnología. Los dos escenarios son el interior y el exterior del Sincrotrón Alba, un impresionante edificio ubicado en las afueras de Barcelona, considerado la máquina más compleja construida en el suroeste de Europa. Entre ambos escenarios, las reflexiones del filósofo Juan Arnau, astrofísico y especialista en culturas orientales, y acérrimo defensor del humanismo en la era de la distracción tecnológica.
El 29 de noviembre a las 19h en La Casa Elizalde tendrá lugar la conversación Ciencia, tecnología y mirada documental entre Pau Faus, Pau Subirós y Victoria Sacco.
Proyecto cofinanciado con fondos del programa Creative Europe y A-PLACE. Linking Places Through Networked Artistic Practices.

Como miembro de la colaboración internacional A-Place, LOOP ha organizando la tercera convocatoria abierta para encargar una producción de video para investigar el proceso de creación de un sentido de lugar en una de las seis ciudades que participan en el proyecto, (Barcelona, Bologna, Brussels, Lisbon, Ljubljana y Nicosia).
( Consulta las bases aquí)
Entre las 73 propuestas recibido el jurado ha otorgado el premio al proyecto El lugar que habito del colectivo Sindihogar/Sindillar
El proyecto El lugar que habito es un ensayo audiovisual que explora las controversias que experimentan las mujeres migrantes en Barcelona. Reflexiona sobre la invisibilización de la agencia de las migrantes en la elaboración del patrimonio cultural, así como su segregación al ámbito privado y a las tareas de cuidado.
Sindihogar/Sindillar es el primer sindicato independiente de trabajadoras del hogar y los cuidados de España. Desde su creación en 2011, se ha involucrado activamente con la lucha por la dignificación del trabajo de los cuidados.
Esta muestra se articula en torno a las ideas enlazadas de incertidumbre y esperanza, tan presentes desde hace décadas en la sociedad cubana, y que ahora han cobrado vigencia a escala global. Partiendo de este paradigma, las situaciones que abordan son extrapolables al nuevo orden mundial impuesto por la actual era del coronavirus. Los vídeos de Adrián Melis y Javier Castro nos muestran una humanidad que opera en el estado latente de la anestesia – estamos vivos pero no somos, o no queremos ser, conscientes- y nos trasladan a una especie de limbo que deja en suspensión nuestra capacidad de actuar, a la espera de un futuro que nunca llegará como se imaginó. A través de sus imágenes, los artistas nos hablan de lo que es y de lo que podría haber sido; de deseo latente, potencialidad y resistencia, pero también de impotencia, decepción y resignación; de futuros posibles e imposibles, de pasados nostálgicos y de promesas rotas. Ambos nos hablan, en definitiva, de las múltiples formas de la supervivencia ante la adversidad.
Versus. Abordando los mismos temas, las estrategias discursivas de los dos artistas son opuestas, pero extrañamente complementarias: Melis desarrolla sus vídeos a través de una elaborada planificación: coloca la cámara, imparte consignas y prepara con precisión la puesta en escena, mientras que Castro presenta el material en bruto de unas entrevistas simples y directas, basadas en la inmediatez y la espontaneidad. Para conseguir sus respectivos propósitos, Melis se ubica en la intimidad de los hogares recreando un clima que propicie la introspección y Castro recorre calles y espacios públicos interpelando a bocajarro, buscando la respuesta sin filtros. Melis recaba en la memoria de las viejas generaciones, Castro en el impulso de la niñez y la juventud. Desde una perspectiva antropológica, ambos completan el mismo relato: la semblanza de una humanidad compleja y bipolar, sustentada a partes iguales en la esperanza y en la decepción, en la resignación y en la víscera, en la nostalgia de la gloria pasada y en el ansia por devorar un futuro siempre incierto. El punto de encuentro se halla en la emoción: los dos lanzan una mirada cruda, despiadada e irónica a la intimidad de las vidas reales, desvelando el dolor de la resignación y la rabia del inconformismo. Ellos tampoco le tienen miedo a la eternidad.
¿Qué quieres ser? ¿Qué hubieras sido? En La edad de Oro (Castro) los niños lanzan su imaginación al vuelo para imaginar su futuro; en Glorias de un futuro olvidado (Melis) algunas ancianas viajan hasta el instante en el que imaginaron su futuro más dulce. Futuros anhelados e inciertos se confrontan a los recuerdos de un pasado nostálgico y a la añoranza de algo que no llegó a existir. Futuros que posiblemente no serán y futuros que nunca fueron. Entre ambos, niños y ancianos, las generaciones intermedias de jóvenes y adultos que se debaten en el limbo. (Anestesia de tiempo)
Silencio: resignación y desafío Como si de una pelea se tratara, The New Man and my father (Melis) y Yo no le tengo miedo a la eternidad (Castro) dialogan a través de dos estrategias complementarias de combate: encaje y desafío. Melis muestra a su padre en la intimidad de su casa, encajando los golpes del destino político de Cuba, mientras que Castro adopta la posición de ataque exhibiendo las posturas desafiantes de los jóvenes en las calles. Estamos ante dos actitudes generacionales representativas y diametralmente opuestas: la resignación de la generación castrista y el reto rebelde de la juventud. Ambos vídeos en silencio, sin argumentaciones, mostrando sólo la evidencia explícita de un lenguaje corporal inevitable. La paradoja se encuentra en el trasfondo, pues son sólo dos formas distintas de mostrar la parálisis ante un futuro incierto, la decepción y la aceptación. (Anestesia de silencio)
La estrategia del alacrán En Aquí todos me cuidan (Melis) y Tu silencio tiene un precio (Castro) ambos artistas exploran los límites donde el cansancio, la impotencia y la desesperanza acaban desplazando los valores éticos. Melis traiciona a los traidores desvelando el juego de reciprocidad entre un director que consiente las actividades ilícitas de sus empleados para que éstos preserven su puesto de nula gestión; Castro confronta a la gente incitándoles a calcular los precios de sus silencios. Cuando el futuro se muestra permanentemente bloqueado comenzamos a deslizarnos de forma consciente y controlada por el borde del precipicio,… ya sólo nos queda la estrategia del alacrán: el suicidio ético. (Anestesia ética)