Soft Country es una propuesta para considerar los poderes de la creación de memoria a través de la imagen en movimiento.
Presentando cinco obras de artistas contemporáneos del sudeste asiático que contemplan las relaciones entre la tierra, el lenguaje y la historia, este programa de cine invita a cuestionar los mecanismos de recordar y olvidar en una era de terrenos cambiantes y horizontes desaparecidos. A medida que las lógicas neoliberales de la tecnología y la política configuran y re-forman continuamente el terreno del mundo en el cual vivimos, como podemos encontrar resistencia y justicia contra la violencia y el capital, y como podemos llorar, hacernos parientes y encontrar placer los unos en los otros? Cómo podemos, como escribió Derrida, «llegar a nosotros mismos a través de este recuerdo de posible luto»?
Más allá de las trampas narrativas estándares de la ficción convencional, cada obra actúa como un ensayo, un testigo y un poema que reconfigura constantemente la observación del artista del ser y el devenir en los duros estados de la geopolítica, e imagina un país suave de líos mutables y lenguas resbaladizas.
Programme
Lena Bui, Kindred (Vietnam, 2021, 8′)
Russell Morton, Saudade (Singapore, 2019, 21′)
Prapat Jiwarangsan, The Wandering Ghost (Thailand, 2018, 20′)
Tiyan Baker, Tarun (Malaysia, 2020, 16′)
John Torres, After Nonoy Estarte, a certain Orpheus, and those flowers in Dahilayan that accompanied this other sense
they told me about (Philippines, 2016, 10′)
One Hundred Steps invita al espectador a adentrarse en su narrativa a través de dos capítulos distintos y aparentemente reflejados. El primero se desarrolla en una suntuosa mansión colonial angloirlandesa del siglo XVII perteneciente a la clase terrateniente, ubicada en el sur de Irlanda, y el segundo en una majestuosa mansión del siglo XIX construida por una familia burguesa francesa, situada en el centro de Marsella, en el sur de Francia. Cada una de estas casas lleva en su arquitectura y decoración el ambiente marcado de su historia privilegiada, una historia que ahora se conserva y, al haberse convertido ambas en museos, está abierta al público.
One Hundred Steps se desenvuelve a través de un lenguaje híbrido que oscila entre el documental y la ficción. Aquí, los visitantes del museo se convierten en intérpretes, donde las contribuciones musicales actúan como ocupaciones efímeras de estos escenarios cargados, negando una relación binaria simplificada entre fuente y extrapolación, o europeo y Otro, y haciendo bascular las relaciones de poder de quién cuenta y quién debe escuchar. Es en este tercer territorio en el que se establece la narrativa de Wagner y Burca, en el que las voces y los cuerpos de estos artistas forjan nuevas imaginaciones en torno a relatos históricos establecidos.
Realizado por encargo de Manifesta 13 Marsella y el Centro de Arte Contemporáneo VISUAL. Producción a cargo de VOLTE y Wagner & de Burca, con cofinanciamiento del Consejo de las Artes de Irlanda, el Gobierno Federal de Cultura y Medios (BKM), Medienboard Berlin Brandeburgo, la Fundación V-A-C y Ammodo.