Con motivo de LOOP 2020, me invitaron a elegir una serie de obras con imágenes en movimiento de la colección Julia Stoschek, que incluye una increíble selección de artistas, un ejemplo de cómo Julia ha construido esta gran colección de vídeos a lo largo de los años. También me hace especial ilusión volver a trabajar con Cao Fei, con quien he mantenido el contacto a lo largo del tiempo y con el que a menudo he colaborado. La idea de comisariar una presentación en solitario fue impulsada por el hecho de que la colección de vídeos de Julia Stoschek profundiza en muchos artistas y, sobretodo, en sus obras. He seleccionado tres obras de Cao Fei – RMB City, iMirror by China Tracy y Hip Hop Guangzhou – y la he invitado para que seleccione tres obras más de artistas chinos de una generación más joven, todas ellas creadas durante el confinamiento.
Conocí Cao Fei a principios de la década de 2000 con Hou Hanru, antes de que ella hiciera aquel vídeo tan crítico conocido como Cosplayers y con una duración de ocho minutos. En ese momento, estudiaba en la Academia de Bellas Artes de Guangzhou y formaba parte de una refrescante generación de artistas chinos emergentes durante el continuo y desenfrenado desarrollo urbano de Asia Oriental, a finales del siglo XX y principios del XXI. Desde ese primer encuentro, el trabajo de Cao Fei se ha revelado preciso y urgente y Serpentine la ha incluido en numerosos proyectos. Primero como parte de la «China Power Station: Parte 1», una exposición fuera de las instalaciones instalaciones de Serpentine Galleries en la central eléctrica de Battersea en 2006, donde el artista presentó su película, Whose Utopia, y en 2008, con la instalación de RMB City en la entrada de la galería, donde los visitantes podían acceder a una ciudad china ficticia construida en un mundo virtual en línea como el de Second Life.
La práctica de Cao Fei une el cine, los medios digitales, la fotografía, la escultura, la performance y la instalación, que capturan su fascinación por las respuestas del comportamiento humano a los rápidos desarrollos tecnológicos de las últimas dos décadas. Este compromiso comienza con su país de origen, China, y los cambios acelerados, a veces caóticos, que han configurado a toda su generación. Desde este contexto, ha explorado la experiencia más amplia de la virtualidad y su potencial para alterar nuestra percepción de sí mismo y cambiar las formas en que entendemos la realidad. Su trabajo navega continuamente por algo físico y virtual, el real y el imaginado. A través de éste, colapsa periodos de tiempos pasados, presentes y futuros para producir realidades nuevas y fantásticas para los personajes que existen dentro de cada una de sus narraciones. Desde los potenciales utópicos y distópicos de las ciudades actuales, hasta los efectos alienantes del trabajo mecanizado, Cao Fei aborda estos temas con la creación de encuentros surrealistas y con un sutil sentido del juego. Aunque cada uno de sus mundos parece tambalearse al límite de la incertidumbre apocalíptica, sus personajes navegan por realidades complejas con vigor y determinación, aprovechando las posibilidades únicas de la tecnología para configurar un futuro colectivo.
Más recientemente, presentamos en la Serpentine Galleries la primera exposición individual institucional en el Reino Unido, Blueprints, de Cao Fei, que co-comisarié con Joseph Constable. El proyecto incluía el estreno mundial de ambiciosas obras de arte de realidad virtual y aumentada, The Eternal Wave (2020), producida en colaboración con Arte agudo, y la última película del artista, Nova. Ambos trabajos marcan la culminación de la extensa investigación de Cao Fei en Pekín durante los últimos cinco años, que examina la historia social y la transformación urbana del distrito de Jiuxianqiao de la ciudad donde vive y trabaja. Su largometraje Nueva se produjo a partir de esta investigación y se presentó dentro de una instalación inmersiva y site-specific que también reunió una selección de sus obras anteriores para profundizar en cuestiones sobre la automatización y la tecnología las que remite constantemente su obra. La exposición creó una estratificación de espacios virtuales, físicos y cinematográficos para que el visitante se encontrara, conduciéndolo a través de realidades alternativas y múltiples marcos de experiencia.
Además de seleccionar obras de Cao Fei, la idea de invitarla a presentar la obra de artistas emergentes se inspira en el brillante espectáculo que comisarió con Yang Beichen a la colección Julia Stoschek de Düsseldorf en 2018, titulada New metalurgistas – una exposición que presentaba dieciséis obras de ocho artistas contemporáneos de China para reflejar una multiplicidad de voces y perspectivas. Para mí es emocionante continuar este diálogo con Cao Fei para centrarse en una nueva generación de artistas de China que acaba de empezar.
Con la colaboración de

El programa recoge una serie de trabajos procedentes de los archivos de TBA21, y presenta adquisiciones pasadas y encargos recientes. La selección incluye los videos de Mario García Torres, Želimir Žilnik, Allora & Calzadilla, Courtney Desiree Morris, y una pieza sonora de Himali Singh Soin con David Soin Tappeser.
** Desplácese hasta el final de la página para escuchar la pieza sonora de Himali Singh Soin con David Soin Tappeser
«El agua es vida. MníWičóni«, según coreaban los activistas del agua nativoamericanos en las protestas del oleoducto Dakota Access en Standing Rock, Dakota del Norte, en 2016. Cuando el agua es análoga a la vida, supera incluso a los derechos humanos. La protesta habla de la necesidad de agua potable y sanitaria, tal y como lo exigieron tanto la Asamblea General de las Naciones Unidas y el Consejo de Derechos Humanos de la ONU en 2010. Invoca una crisis de la asequibilidad del agua que azota al planeta entero y que se ve agravada por las normativas sanitarias impuestas por la pandemia en curso. Asimismo, apunta a la privatización de los derechos de aguas que se ha impuesto recientemente en Chile y a la contaminación de acuíferos con bacterias y plomo. Los nuevos contaminantes emergentes que viajan de manera invisible con el «agua dulce» son la materia vibrante inscrita en una historia de (des)industrialización, de despojo racializado, y los efectos de los «legados iliberales» del liberalismo racial. Estas problemáticas hacen que el «agua contemporánea» resulte políticamente legible a la vez que definen sus estructuras y las políticas fragmentadas y hegemónicas del «estado hídrico».
Y sin embargo, el acceso al agua como derecho humano, tan fundamental e indiscutible como lo es la necesidad de agua dulce, no engloba plenamente las amplias demandas ancestrales captadas de manera tan resumida en la frase «El agua es vida». Al reconceptualizar el agua más allá de los paradigmas utilitarios, los manifestantes de Standing Rock, entre muchos otros estudiosos y defensores del agua, abre todo un universo de relacionalidades e imaginarios del agua. Para ellos, el agua es, ante todo, la fuente de la vida y de la existencia continuada en el planeta. El agua viva circula en un ciclo hídrico atemporal. Fluye por los ríos, los cuerpos, los mares, cae bajo forma de lluvia y se congela formando hielo. Nos recuerda que todas las aguas del planeta están conectadas de alguna manera, y que el 97% de toda el agua está presente en los océanos. Las aguas son cuerpos comunicantes portadores de sabiduría ancestral y elemental, desde el océano a la lluvia y a su vez a las plantas, a las rocas, a los humanos. Pero el agua también es una entidad viva, un espíritu, una persona, un ánima. Como tal vive en un lugar y mantiene relaciones recíprocas tanto con humanos como no-humanos. Descomponer el agua en su composición química, o referirse a ella como un mero recurso entraña una «violencia ontológica» que despoja al agua de su esencia viva.
Esta selección de los amplios archivos de TBA21 se zambulle de pleno en la vitalidad del agua y de los imponentes ciclos hídricos que gobiernan a este planeta rico en agua. Abarca los últimos 15 años de producción artística y entrelaza varios relatos en los que el agua (bajo forma de ríos, hielo, agua potable y ancestral) no solamente queda restituida a partir de su materialidad mortal[1], sino que también es reconocida como una entidad que interactúa, contempla y sostiene mundos humanos. Estas obras rastrean la memoria material de los ríos frente a los riesgos ecológicos y el drama político. Cubren el traslado de los refugiados, principalmente gitanos, a principios de los años 2000 y su regreso a las orillas del Danubio, en Serbia, inundadas durante la crecida del 2006; el paisaje acuático del Mississippi tras el huracán Katrina y la devastación del noveno distrito de Nueva Orleans; y, por último, una reelaboración de un episodio forense relacionado con la invasión estadounidense de Irak mediante tres testigos acuáticos distintos. El Danubio, el Mississippi y el Tigris no son meros ambientes que enmarcan a la actividad humana o son instrumentalizados como un decorado, sino que están intrínsecamente ligados al destino, a la melodía y los imaginarios de las vidas humanas y animales. Los ríos y los acuíferos no solamente están implicados en una lucha por los elementos, como en varias regiones de Chile, donde la escasez de agua ha llevado a una crisis humanitaria y el desplazamiento forzado de poblaciones, sino que también aparecen como elementos sanadores, como fuentes de poder espiritual. Una conexión espiritual que une al ribereño a los océanos y a las capas de hielo de los polos, mediante la diosa Yemanyá, una serie de archivos de hielo ficticios, y meditaciones sobre el futurismo del sur de Asia.
[1] Mortal se refiere al opuesto de vivo, el agua vista como materia o como algo fuera de nuestro alcance.
______
Mario García Torres, The Way They Looked at Each Other, n.d.
Instalación de vídeo monocanal (transferido desde película de 16 mm), color, sonido, 11 min 15 seg
Producido por Thyssen-Bornemisza Art Contemporary
«Cuando vuelves atrás, ¿adónde vas realmente?»
Utilizando la fotografía y el vídeo para meditar sobre la importancia del retraso y las im/posibilidades de regresar al pasado, The Way They Looked at Each Other analiza un presunto hecho criminal que se produjo en 2011, ocho años después de la invasión estadounidense de Irak en 2003. El vídeo gira en torno a una investigación forense llevada a cabo por un equipo español compuesto por el juez Santiago Pedraz, técnicos judiciales y algunos testigos en Bagdad. Su intención era de demostrar la culpabilidad de algunos soldados estadounidenses acusados de haber abatido a dos periodistas y herido a tres otros en los balcones del Hotel Palestine de Bagdad el 8 de agosto de 2003. Para ilustrar esta posición desde una «perspectiva menor», apela al imaginario material de los ríos. El vídeo navega desde el río Consulado en la ciudad de México, qué ha sido canalizado y cubierto con una autovía, trasladándose al Danubio en su paso por Budapest, Bratislava y Viena y, por último, se une al Tigris en su paso por Turquía, Siria e Irak. El río se convierte en una señal topográfica, pero también un testigo silencioso de los momentos históricos. Reflejando la multiplicidad, la continuidad y la corriente del río, el vídeo parece evocar el estado del acontecimiento (político). Puede que no acerque a los testigos tardíos al acontecimiento físico como tal, pero quizás les permita analizar intensidades y fuerzas residuales.
Želimir Žilnik, Soap in Danube Opera, 2006
Instalación de vídeo monocanal, color, sonido, 36 min 34 seg
Producido por Thyssen-Bornemisza Art Contemporary
«Me gustaba la idea de que el Danubio fuese el medio de comunicación y lugar de experiencia».
Con Soap in Danube Opera, el cineasta serbio Želimir Žilnik se dirige a su entorno inmediato, invitando a un grupo de jóvenes participantes de los asentamientos en las orillas del Danubio, entre Belgrado y Novi Sad, a aprender producción cinematográfica y edición mediante una serie de talleres. En una parodia del formato de los culebrones, los participantes cuentan historias, revelan las reglas no escritas de sus comunidades así como sus aspiraciones, temores y deseos. Esbozan un retrato de sus propias vidas e interacciones en torno al Danubio. Los aldeanos de Kovilj crían ganado en las islas del Danubio. Marko, dueño de diez caballos, unas veinte vacas y otros animales, es un buen amigo de Kamer, un gitano que le ayuda a vender el ganado en ferias locales. Željko, un joven criador de caballos, dirige a los aldeanos en el momento en el que tratan de salvar a su ganado de la gran inundación en la primavera de 2006. La vida y el trabajo junto al Danubio une a los gitanos y a los aldeanos, y en ocasiones les hace abandonar su poblado para buscar la felicidad en la otra orilla del río.
Allora & Calzadilla, A Man Screaming is Not a Dancing Bear, 2008
Instalación interactiva de vídeo monocanal, color, sonido, 70 min 54 seg
«Y sobre todo, cuerpo mío y alma mía, guardaos de adoptar la actitud estéril del espectador, porque la vida no es un espectáculo, porque un mar de dolores no es un proscenio, porque un hombre que grita no es un oso danzante…» –Aimé Césaire
A Man Screaming Is Not a Dancing Bear explora las problemáticas del testimonio ecológico y la justicia medioambiental en el marco del paisaje traumatizado de Nueva Orleans tras el huracán Katrina de Agosto de 2005. El vídeo se desplaza entre tres escenas diferentes, enlazándolas. Metraje del interior de una casa inundada en el Noveno Distrito Sur, el barrio predominantemente afroamericano que se vio gravemente afectado por el fallo del sistema de diques, alterna con planos de los exuberantes manglares del bajo delta del río Mississippi en el que se hizo hueco la ciudad de Nueva Orleans. Los evocadores paisajes acuáticos quedan interrumpidos por los ritmos percusivos interpretados por el músico Isaiah McCormick sobre un juego de persianas, fuera de la ventana de la casa destrozada. El repicar rítmico de este instrumento casero recuerda sutilmente al gran legado musical de la región del Mississippi a la vez que expone al interior doméstico a la luz exterior en un revoloteo constante de luminosidad evocador de los sedimentos y rastros acuáticos de los acontecimientos históricos recientes.
Courtney Desiree Morris, Sopera de Yemayá, 2020
Instalación de vídeo monocanal, color, sonido, 7 min 31 seg
Producido por Thyssen-Bornemisza Art Contemporary
Sopera de Yemayá es un cortometraje experimental por Courtney Desiree Morris, una antropóloga social y artista conceptual radicada en California. Explora la relación entre el cuerpo femenino africano, la naturaleza y lo divino. Guiada por la idea de que lo sagrado está presente en todas partes, incluso en los espacios y prácticas más mundanos de la vida cotidiana, la artista explora las experiencias de las antepasadas y ancianas cuya historia está a menudo ausente de la narración histórica y de las historias familiares. El vídeo parte del folclore de Yemayá, una divinidad que hunde sus raíces en la religión yoruba y que a menudo es representada como una sirena. Los relatos sobre Yemayá fueron traídos a Brasil, Cuba, Haití y EEUU por esclavos africanos desde el siglo XVI. El vídeo pone el enfoque en la orisha Yemayá, la divinidad yoruba que reina sobre los océanos de la tierra y la maternidad. «Utilizando mi propio cuerpo grávido como receptáculo, llevo a cabo siete rituales – en lugares que van desde mi propio cuarto de baño y cocina a los ríos y el océano – para representar las múltiples facetas de la energía divina de Yemayá y los lugares naturales en los que habita».
Patricia Domínguez, La balada de las sirenas secas (The Ballad of the Dry Mermaids), 2020
Instalación de vídeo monocanal, color, sonido, 35 min 24 seg
«El agua fluye por todos nosotros. Nuestros cuerpos le pertenecen».
Combinando investigación experimental sobre etnobotánica, prácticas curativas y bienestar, el arte de Patricia Domínguez se centra en las relaciones entre especies vivas en un cosmos cada vez más separado. Su práctica está ligada directamente a su activismo, y entiende al arte como un campo de posibilidades que puede perturbar relatos políticos existentes, cuestionar interpretaciones, y proponer nuevas formas de enfrentarse a problemas. Originalmente editada en st_age bajo la forma de la publicación interactiva Gaiaguardianxs (2020), esta obra es el resultado de tres años de un trayecto personal de investigación centrada en conflictos en torno al agua en Latinoamérica. El vídeo La balada de las sirenas secas trata de la privatización del agua en Chile y de cómo el agua dulce se ha desviado para regar grandes plantaciones empresariales de aguacates en la región de Petorca. Desde los años noventa, Chile ha padecido de la apropiación del agua por la industria agrícola con la complicidad de los políticos. Mucha gente carece de agua potable y sanitaria, y esta situación se ha visto exacerbada por la pandemia Covid-19. Esta obra es el resultado de una colaboración con Las viudas del agua, un grupo de mujeres que dedican sus vidas a luchar por el acceso a los recursos acuáticos en sus comunidades.
Himali Singh Soin with David Soin Tappeser, Subcontinentment, 2020
Pieza sonora, 10 mins 22 seg
Producida por Thyssen-Bornemisya Art Contemporary
Subcontinentment forma parte de una serie de obras interconectadas por Himali Singh Soin que incluyen mitologías ficticias de los polos contadas desde la perspectiva no-humana de un anciano que ha presenciado la profundidad del tiempo: el hielo. Plantea una metafísica en la que el ser humano queda humillado mientras otras voces ajenas tienen la palabra. Realizada como un paisaje acústico experimental en colaboración con el músico David Soin Tappeser, la obra surge del almanaque we are opposite like that, una obra publicada recientemente que reflexiona sobre la alienación y la intimidad, la pérdida ecológica y la pérdida del hogar, e investiga la geografía y el imaginario de las regiones polares a través de una serie de documentos oníricos, cartas de amor, poemas y vaticinios.
Himali Singh Soin: «Subcontinentment es un manifiesto que surge de mi trabajo de campo en los círculos polares, donde me vi confrontada a lo ajeno de mi cuerpo marrón en un paisaje que suele utilizarse para experimentos de simulación del espacio exterior. Como parte de una serie de archivos de hielo ficticios y de reflexiones sobre el futurismo en el sur de Asia, esta obra, rebautizada subcontinentment, es una anticrónica de los vínculos geopoéticos entre los polos y el subcontinente. Al transformar al texto en un paisaje sonoro, David y yo empezamos a encontrar correspondencias y puntos de encuentro entre mis grabaciones polares y el entorno acústico hiperdesnudo de Delhi bajo el confinamiento. El graznar de los cuervos, interferencias en el éter de la ciudad polífona, se mezcla con el chillido de los págalos, los únicos recordatorios de la vida en el extenso vacío del continente “blanco”».
Este programa reúne una serie de obras de la artista argentina Cecilia Bengolea y presenta un video perteneciente a la colección del CNAP (Centro Nacional de Artes Plásticas, París) – Dancehall Weather.
Cecilia Bengolea, nacida en Argentina y radicada en París, ha hecho del territorio de la danza y de la deconstrucción de los códigos estéticos dominantes la materia misma de su obra. En solitario o en colaboración con un gran número de intérpretes, bailarines, coreógrafos y artistas. Cecilia Bengolea vuelve sobre rituales de danzas colectivas. Así pues, retoma la tradición jamaicana del Dancehall, cuya fama se ha extendido globalmente, con cantos tradicionales de Georgia, exacerbando su carga política. La travesía de músicas y danzas en comunidades urbanas, creadas e interpretadas en las grandes ciudades del mundo y observadas, en este caso, desde un punto de vista antropológico, explora las formas de ritual y comunion que contienen estas creaciones populares y anónimas. Explora los mundos del Voguing, del Twerk, del Dancehall, House, Dub Step, Hip Hop y del Bashement, en base a sus ecologías históricas y culturas respectivas, con un virtuosismo en el baile que les devuelve la naturaleza comunitaria propia de los universos de música y coreografía de estas comunidades de baile en las cuales el individuo y el colectivo están sumidos en una negociación perpetua (Dancehall Weather, colección del Cnap). Mediante la invención del principio de un cuerpo híbrido, cuerpo diáfano de cristal líquido con Favorite Positions, presa a las metamorfosis de un cuerpo androide, Cecilia Bengolea se inventa un cuerpo compuesto, en evolución – animal, híbrido.
Dub Love, 2017
Vídeo, color, sonido, 4 min 23 sec
Para el proyecto Dub Love, Cecilia Bengolea colabora con HIGH ELEMENTS, Dubplates DJ de la isla de Reunión, para crear una música solar, definida por una tensión entre los sonidos graves característicos del dub y unas melodías brillantes. El Dub se suele escuchar en reuniones sociales masivas en Europa y Jamaica (Nothing Hill Carnival, One Love Rave Festival) con potentes sistemas de sonido. Sus intensas vibraciones, su impacto físico y su poder unificador convirtieron a estos momentos de encuentro en eventos espirituales o incluso religiosos, yendo mucho más allá del mero entretenimiento.
Dancehall Weather, 2017
Vídeo, color, sonido, 10 min 28 sec (CNAP’s collection)
Dancehall Weather es una mezcla infinita de diversas colaboraciones coreográficas rodadas entre 2014 y la actualidad. Un programa de algoritmos hace mezclas en directo de vídeos realizados en colaboración con Black Eagle, Equinoxx, Kissy McCoy y Erika Miyauchi. Este es un fragmento de diez minutos del algoritmo, que mezcla seis horas de metraje de los archivos de Cecilia Bengolea entre 2014 y 2020.
Danse au fond de la mer, 2019
Vídeo, color, sonido, 12 min 52 sec
Danse au fond de la Mer recrea el repertorio de composiciones de danza utópica de François Malkovsky, París, 1940-1980. Discípulo de Isadora Duncan, François Malkovsky siguió sus pasos para crear un movimiento que responde a la revolución industrial y a la rotura de la armonía entre ser humano y la naturaleza. El fin del repertorio de Malkovsky no era otro que el de restablecer la armonía entre la humanidad y la naturaleza. Sus breves coreografías figuran y animan elementos de la naturaleza marina al son de sonatas de Schubert, Chopin, Rachmaninov, y Debussy. Su repertorio ha sido recreado por Cecilia Bengolea y los bailarines Alex Mugler, Suzanne Bodak y François Chaignaud en Kasino, en Viena 2012. En 2019, Bengolea hizo un collage de vídeo, añadiendo metraje de la vida de los fondos marinos para acompañar al repertorio de Malkovsky.
Shelly Belly inna Real Life, 2020
Vídeo, color, sonido, 23 min
Rodado en Jamaica entre 2015 y 2019, «Shelly Belly inna Real Life» es una colaboración entre Cecilia Bengolea y la escena del dancehall en Kingston y Bog Walk. Este vídeo explora las influencias de la cultura y la naturaleza en la comunidad artística de esta isla caribeña. Narrado mediante el movimiento y la música, sigue el lenguaje del dancehall, desde los ritmos complejos de los paisajes selváticos a la coreografía y los pasos de aquellos apasionados a los que sigue en su práctica. Rodado por la artista y coreógrafa Cecilia Bengolea, su perspectiva privilegiada proporciona un acceso sin precedentes a artistas cuya vitalidad e influencia han conformado una visión del movimiento y la vida que abarca desde sus fundadores jamaicanos hasta el mundo entero.
Sobre Cecilia Bengolea. Nacida en Argentina en 1979, Bengolea es una artista multidisciplinar que utiliza el baile como herramienta y medio para la empatía radical y el intercambio emocional. Mediante colaboraciones con otros artistas, intérpretes, disc jockeys y bailarines, Bengolea desarrolla una amplia práctica artística en la que percibe la danza y la performance como una escultura animada que le permite convertirse tanto en sujeto como en objeto dentro de su propia obra. Puede que la danza sea nuestra forma de expresión corporal más avanzada. A diferencia del deporte o de otras formas relacionadas de comunicación física, la danza exige que consideremos a la figura como un medio puro y desprovisto de funcionalidad. Si bien es posible que el fin indirecto de todo baile sea la inteligencia física adaptativa, para Cecilia Bengolea es la base de una práctica enfocada en la creación de nuevos cuerpos de pensamiento. La otra mente en la que fija su atención es aquello que Deleuze y Guattari denominarían «el cuerpo sin órganos», un cuerpo sin fronteras, un ser plenamente erotizado nacido de un estado de ensayo constante. El espíritu y los ritmos que impregnan a este cuerpo se desplazan en varias direcciones a la vez. A menudo, se encuentran representados en lugares transitorios o liminales, como el arcén de una carretera en el que los coches que pasan coreografían otro tipo de riesgo. El sudor y la lluvia tropical disuelven los límites entre el interior y el exterior, quizás recordándonos que el fluido interno del cuerpo es un conductor eléctrico es un conductor que ejerce en el cuerpo una función parecida a las sinapsis del cerebro – creando nuevos caminos y vías de comunicación que redefinen la sensibilidad.
La obra de Bengolea ha sido expuesta la Bienal de Gwangju (2014), la Bienal de Lyon (2015), The Tanks y Tade Modern (2015), el Faena Art Center, Buenos Aires (2015 y 2017), ICA, Londres (2015), la Bienal de Sao Paulo (2016), The Infinite Mix, Hayward Gallery, Londres (2016), Center Pompidou (2010 and 2016), Elevation 1049, Gstaad (2017), la Fundación de Arte Dia (2017), Palais de Tokyo (2015 y 2018), ICA Londres (2015), Dhaka Art Summit (2018), TBA21, Venecia (2018), Desertx (2019), Sferik Tulum (2019), Performa NY (2019), la Fondation Giacometti (2019) y Tank Shanghai (2020).
Sopla un viento mecánico, las ramas de un árbol oscilan sinuosas, sus hojas se dispersan como aves migratorias, el arbusto desnudo nos avisa: parecía imposible, pero ya ha llegado el invierno. La aplicación de una fuerza violenta ha comprimido el ciclo de las estaciones delante de nuestros ojos, anticipando el futuro de manera artificial.
Con cierta crudeza poética, el vídeo de Janis Rafa parece esconder, detrás del éxtasis, el poder de una admonición muy actual: la sumisión de la naturaleza ha causado consecuencias irreversibles. Nos enfrentamos a una grave crisis ecológica que amenaza con cambiar las dinámicas naturales que regulan la vida en la Tierra. La acción de una economía desmesurada es un síntoma de cierto dualismo patriarcal – y le hacen eco las parejas de imágenes del dúo italiano Masbedo – que ya no es sostenible.
En 1957, la poetisa polaca Wislawa Szymborska escribía: «el tiempo voló cual mensajero con una noticia urgente» y estos versos resuenan hoy en toda su actualidad. Con la fuerza disruptiva de un evento inesperado, la pandemia ha evidenciado problemáticas estructurales ya existentes, poniéndonos delante de un imperativo inaplazable: la necesidad de pensar en sistemas de convivencia simbióticos y mas inclusivos a nivel global.
«¿Es así que se ve el colapso de un sistema? ¿Una simulación? ¿Una ciencia ficción?», parece preguntarnos el águila que sobrevuela la ciudad en el video de Alyona Larionova. En estos días, pasa a menudo que la realidad paradójica que vivimos en el horizonte occidental – la de una humanidad híper-conectada y tecnológica que pero no se puede tocar – asuma los rasgos de una fantasía cinematográfica distópica (o de la mejor serie comercial). Y es cuando adquirimos esa aparente distancia de lo que nos pasa, que hay que «seguir con el problema.»
En ultima análisis, un momento de crisis produce múltiples fracturas, entendidas como complejas dinámicas de separación y ruptura entre dos estados físicos y temporales diferentes. Como cuando un volcano entre en erupción, -nos explican Elena Mazzi y Sara Tirelli-, y la explosión crea unas grietas en el terreno alrededor que hacen visible la disrupción. Y es ahí, entre esas fisuras, que germina la posibilidad de repensar el porvenir. Una llamada a responder a esa «noticia urgente» de un mundo en transformación.
Entre el 10 y el 22 de noviembre, el Museo Picasso, el Centro Cívico de San Agustín, el Museo Frederic Marès y el Real Círculo Artístico acogerán así un video de un artista local presentado por un comisario vinculado con la ciudad de Barcelona, en una ideal operación en cadena dirigida a poner en valor el entramado artístico de proximidad y todos sus agentes.
Artificialia WunderChapel (2020) de Agustín Ortiz Herrera, presentado por Gabriel Virgilio Luciani
El Segundo Viaje (2015-2017) de Irene de Andrés, presentado por Blanca del Río
Vienen de lejos (2020) de Anna Dot, presentado por Marta Pol Rigau
Locus Solus. Minecraft version de Alejandro Palacín, presentado por Gisela Chillida Espinosa
Bolloisla (2020) de blanca arias, presentado por edu rubix
Tondo Artis: el (in)justo terreno del arte contemporáneo – un texto de Frédéric de Goldschmidt
Todo empezó con Ladybug, una cámara con un nombre enigmático y sensual que permite filmar en 360 grados y ver de la misma manera que una mosca. El artista Marin Kasimir había reunido a un grupo de 15 amigos del mundo del arte de Bruselas para ayudarlo a adquirirla. Como miembro de este Club XV, pensé que nuestra Ladybug podría capturar de una manera particularmente llamativa el Rundhof, el patio circular interior del Centro de Convenciones de Basilea, que cada año atrae la crème de la crème del mundo del arte contemporáneo con motivo de la previa de Art Basel.
En ese momento (2012), no podía imaginar que una idea tan simple como la de querer «rentabilizar» mi inversión –que me viene de mi experiencia práctica como productor audiovisual–, me seguiría preocupando ocho años después.
En aquel entonces, no conocía muy bien a Marin Kasimir, y no sabía que él no estaría satisfecho con solo una o dos de esas imágenes panorámicas, que estaban definiendo su reputación. Desde el primer día, las imágenes y los sonidos robados despertaron su curiosidad y sentido crítico.
Las ferias de arte son atrapamoscas para muchos coleccionistas, periodistas, curadores y artistas. No pueden evitar querer ir y correr el riesgo de quedarse enganchados en la cinta adhesiva.
La FOMO (Fear of Missing Out) es más intensa en las ferias. Los dueños de las galerías quieren ofrecer sus mejores piezas, mientras que los visitantes temen perderse la fiesta más hermosa.
Nunca desanimado, y sin duda atraído tanto por la calidad de las obras expuestas como por la superficialidad de algunos visitantes, Marin Kasimir no paró de visitar ferias y filmarlas. Regresó dos veces a Basilea, cruzó el Atlántico dos veces más para asistir a la edición estadounidense en Miami, sin mencionar las múltiples visitas a la vecina Art Brussels.
Exploró ferias de arte durante varias primaveras, otoños e inviernos. En cada viaje grababa fragmentos de conversaciones sobre la relación entre arte y alcohol, arte y sexo, arte y deporte y, sobre todo, arte y dinero. Durante las vacaciones de verano, se subía a la montaña rusa de la Foire du Midi con sus dos hijos, el parque de atracciones del popular barrio de Bruselas.
Tondo Artis: Fair or Unfair? condensa en 18 minutos las aventuras del artista en estas grandes masas: lo más cerca posible de las obras, coleccionistas y platos de comida. El video reproduce la visión del artista sobre esta gran fiesta itinerante, a la vez cáustica y fascinada.
Tondo Artis es una película circular no solo en su formato sino también en su esencia. Su proceso creativo parecía interminable. Ya que había aceptado participar en esta aventura desde el principio, Marin me pedía con regularidad consejos y apoyo, ya sea moral o económico.
Unos meses después de la última feria de arte contemporáneo, finalmente terminó el montaje y me pregunté si la película era el testimonio de una época y de un fenómeno definitivamente pasado. ¿FOMO habría dado paso a JOMO (Joy of Missing Out)? ¿Justo o injusto? Ahora les toca a los espectadores dar su respuesta.
La ciudad es Bolonia, entre 2019 y 2020, explorada por la percepción de un chico con discapacidad visual que espera el reconocimiento de su ciudadanía italiana y de una niña que se encuentra de repente pasándose los días en casa.
Filmon ha vivido en Bolonia la mitad de su vida, estudiando ciencias políticas, jugando al béisbol en un equipo de atletas con discapacidad visual y moviéndose con facilidad por las arcadas, plazas y edificios históricos de la ciudad. Filmon no piensa en la ciudad como un mapa visto desde arriba, su ciudad se expande por debajo de sus pies, se ensancha como una estrella, siempre pasando por los mismos puntos, deshaciéndose en los más pequeños detalles de una cinta interminable, un laberinto de caminos posibles reconocidos mediante el tacto y el oído. El entramado urbano se ve domesticado por la acción física de caminar, un día con un cuerpo enérgico y otro con un cuerpo cansado, sentado en las frescas piedras de la Biblioteca Pública al calor del verano, localizando un aroma de manteca de cerdo caliente al aire tranquilo del gouache de otoño o siguiendo el olor picante del detergente que se seca por las calles con la brisa primaveral.
La segunda mitad de la película adopta la perspectiva de Ada, una niña de diez años que, de repente, pasa del bullicio de los juegos con los amigos bajo los porches del centro, en el silencio de una casa vacía y una ciudad cerrada a medio de la pandemia. Ada cuenta la historia de Filmon el día que se convierte en ciudadano italiano, un país que nunca había visto con sus propios ojos, mientras que la ciudad del futuro que Ada imagina es diferente de la que está a punto de encenderse (reiniciarse) más allá de su balcón.
La película está coproducida por «A-Place: Linking plazas through networked practice artes» y LOOP Barcelona, subtitulada en inglés y proporcionada por la audiodescripción en catalán realizada por Narratio, lengua y accesibilidad, SCP.
Cofinanciado con fondos del programa Creative Europe y el proyecto A-PLACE. Linking places through networked artistic practices.

![]()
A-PLACE. Linking places through networked
LOOP Barcelona
Rosa Brugat se ha adentrado en el contracampo del otro, en el género masculino, por atisbar que pasa al otro lado, en el ámbito de la prostitución masculina, una especie de tabú del que no se habla y que desvela todo otro comportamiento de la mujer en relación al deseo, el sexo, el placer y que, a pesar del aparente libertad y tolerancia del mundo de hoy, la prostitución masculina pagada por mujeres sigue siendo minoritaria, un lujo casi escondido y para decirlo bien claro, por ser aún incluso mal visto Rosa Brugat ha creado el documental 100 € la hora, que habla del negocio del sexo masculino. En febrero de 2020 lo presentó en el Cine Retiro de Sitges y el pasado 30 de junio en el Cine Truffaut de Girona. Han intervenido Esteban, un gigoló de origen argentino, el cámara, Andrea Resmini, Alexandra Planas el papel de cliente y Rosa Brugat, en el de monja.
El Temps de les arts – Pilar Parcerisas
Desde la Vall de Santa Creu salen muchos caminos que permiten cruzar la sierra de un lado a otro con mucha facilidad. Con todo esto en mente Vienen de lejos es una caminata iniciada a Palau Saverdera con destino Vall de Santa Creu.
El recorrido pasa por diversos referentes que evidencian la antigüedad de estos caminos, tales como los dólmenes de Fontasia, la iglesia de Sant Onofre, Mas Ventós, la iglesia de Santa Helena, el monasterio de Sant Pere de Rodes y los refugios de piedra que se encuentran en los alrededores del Coll Perer.
Durante siglos los humanos han utilizado estos caminos, cruzando la montaña en diversas direcciones. Pero no solo los nosotros, también los pájaros cruzan estas montañas por sus vías del cielo. Esta pieza de video nace de un paralelismo inicial entre las vías terrestres y las aéreas.
Nostalgia de la Luz (2010) es una película sobre la distancia entre el cielo y la tierra, entre la luz del cosmos y los seres humanos, y las misteriosas idas y vueltas que se crean entre ellos. En Chile, a tres mil metros de altura, los astrónomos venidos de todo el mundo se reúnen en el desierto de Atacama para observar las estrellas. Allí arriba, la transparencia del cielo permite ver los confines del universo. Abajo, la extrema sequedad de la tierra preserva los restos humanos intactos: momias, exploradores, aventureros, indígenas, mineros y huesos de los prisioneros políticos de la dictadura. Mientras los astrónomos buscan vida extraterrestre, un grupo de mujeres remueve las piedras, buscando a sus familiares desaparecidos.
El film nos sitúa en un lugar entre el origen y el fin, más allá del presente. La mirada de unos y otros viaja entre la tierra y el cielo, entre la vida antes de la vida y la vida después de la muerte. Nos habla de la posibilidad de ver los rastros de una vida anterior, allá donde nadie ve nada: el desierto o la oscuridad del universo.
En el marco del proyecto Devenir inmortal y después morir, presentado por la comisaria Caterina Almirall en La Capella, la película sitúa dos investigaciones que pasan en un mismo lugar, el desierto, y que comparten la necesidad de resolver la pregunta del origen, la necesidad de recordar. En cierto modo el desierto es un espacio que preserva los rastros del pasado, como un vasto museo que tenemos que descifrar, y a la vegz, una necrópolis.